Cómo diseñar el branding para una startup

El proceso de lanzamiento de una startup siempre es complicado: las decisiones sobre aspectos importantes se acumulan, las inversiones aún no están cerradas… Incluso a veces el propio producto todavía no está completamente definido. Por eso, muchas startups prefieren en este punto no invertir el tiempo y el dinero —del que a veces no disponen— en definir una buena estrategia de branding, pensando en que es algo que se puede dejar para más adelante. Pero se equivocan. El branding es vital para toda empresa pero más aún para una startup. Y no solo porque es la única forma de poder competir con las marcas que ya estén implantadas en el sector, sino porque actualmente ningún producto o servicio puede triunfar en el mercado si no logra primero conectar emocionalmente con sus clientes.

Okb Interactive Studio

A veces las startups confían todos sus esfuerzos a que su producto reúna las mejores prestaciones del mercado o a que ofrezca el mejor servicio de todos o a que su precio sea el más competitivo, pensando que eso les hará triunfar. Es evidente que todo eso es importante, pero en realidad —y por extraño que parezca— los aspectos racionales pesan muy poco en la toma de decisiones de los clientes a la hora de decantarse por una u otra marca.

La mayoría se deja llevar por otros factores que tienen que ver más con la afinidad y con cómo se sienten usando una marca. Y esto es lo que se consigue con el branding.

Branding para startups

El branding para startups tiene sus propias características, que obviamente se adaptan a las propias características de las startups. Básicamente son dos:

No es lo mismo trabajar con una marca ya consolidada (que tiene su público, su cuota de mercado, su background y su producto bien definido) que con otra de reciente creación, en la que todo está por definir y cuyo primer objetivo es darse a conocer y ganar rápidamente una base de clientes.
No es lo mismo hacer el branding de una empresa que puede invertir tiempo y dinero en ello, que trabajar para startups, que suelen disponer de pocos recursos y que estos deben invertirse en el producto más que en la marca.

Si tienes una startup puedes hacer tú mismo el trabajo de branding, pero hacerlo bien no es una tarea sencilla y requiere de bastante dedicación. También puedes contratar una agencia especializada en el branding para startups. Estas empresas pueden aportar toda su experiencia pero es importante que a la vez te permitan que sigas siendo tú quien tenga la última palabra. Porque nadie como tú conoce a tu empresa…

Es por ejemplo nuestro caso. En OKB Interactive Studio trabajamos con startups de todo tipo, tanto las que se encuentran en fase de arranque (o presemilla) como aquellas que están en fase de crecimiento o incluso de pivotaje. Para estas empresas realizamos todo tipo de trabajos, desde una consultoría de marca a la elaboración de una identidad visual pasando por trabajos de diseño y desarrollo web. Todo ello ajustado a las necesidades de cada caso.

Cómo diseñar el branding para una startup

El branding para startups, paso a paso

El término branding es un concepto muy amplio que engloba varios aspectos. Nosotros los hemos agrupado en tres: la definición de marca, la identidad visual y el diseño de producto.

La definición de marca: Recoge todos los valores intangibles de la marca, como su nombre, su misión, sus valores, su personalidad y su tono de voz.
La identidad visual: Engloba todos los aspectos visuales de la marca, fundamentalmente el logotipo, el color corporativo, la tipografía y los símbolos.
El diseño de producto: No hay una forma más poderosa de hacer marca que mediante la interacción de los usuarios con un producto. Muchas startups se enfocan al mercado digital, así que es necesario que sus productos (web o aplicación) respondan a sus valores y estén acordes con su imagen.

Veamos más en detalle cada uno de ellos en los siguientes apartados.

El nombre

Poner un nombre a cualquier cosa es siempre una tarea complicada, pero es sin duda una de las partes más importantes a la hora de diseñar el branding para una startup. Todo buen nombre debe reunir una serie de requisitos:

Que sea fácil de escribir y recordar: Que un nombre sea fácil de comunicar es vital para una empresa. Para eso tiene que ser breve —la regla de oro de las seis letras— y fácil de escribir. Conocemos decenas de casos de empresas que eligieron un nombre para su startup y que están agotados de tener que deletreárselo siempre a los clientes o de tener que añadir siempre coletillas, como «con ‘h’ al principio» o «con ‘k’ en lugar de ‘c’» o «como suena pero con ‘y’ en lugar de ‘i’»… Imagina la cantidad de oportunidades que puedes perder por clientes que no pueden recordar tu nombre o que escriben correos a emails incorrectos…
Que no sea limitante: Amazon comenzó su andadura en 1995 vendiendo solo libros. ¿Qué habría pasado si Jeff Bezos hubiera decidió llamar a su negocio ‘Tiendadelibrosonline’ en lugar de ‘Amazon’? ¿Se podría haber diversificado tanto como lo ha hecho actualmente? Las startups a menudo necesitan pivotar: deben reorientarse o incluso convertirse en otra cosa para aprovechar oportunidades del mercado o para poder sobrevivir. Por eso es importante no limitar la actividad de tu startup desde el primer día eligiendo un nombre demasiado descriptivo.
Que sea único y con carácter: Trata que el nombre sea pegadizo. Volviendo al ejemplo de Amazon, Bezos seleccionó el nombre de su empresa porque le pareció exótico y poderoso: el Amazonas es el río más caudaloso del mundo y el término además designa al mítico pueblo de mujeres guerreras. Además empieza por la letra ‘A’ y termina por la ‘Z’, primera y última letra del abecedario latino, lo que da una idea de que en la empresa se puede encontrar de todo. Como hizo Bezos, poner el foco en los valores originales de la marca en lugar de en el producto es una de las claves para un buen naming.
Que esté disponible: Si no vas a poder conseguir el ‘.com’ con el nombre que quieres para tu startup, mejor que vayas pensando en otro nombre… Puedes optar por otras extensiones de dominio de primer nivel genéricas —como ‘.net’ o ‘.io’— o geográficas —como ‘.es’— pero lo cierto es que la extensión de dominio influye en tu imagen de la marca y en este sentido el ‘.com’ es el que aporta más profesionalidad y fiabilidad.

La misión y la personalidad

Toda startup tiene una misión en la vida que define su razón de ser y de su producto. Es un elemento básico en toda empresa y que se resume a una sencilla frase de no más de cien caracteres que explica lo que haces y por qué lo haces.

Un poco más debajo de la misión se encuentra la cultura interna de la empresa, que representa el cómo se hace lo que se hace. Podríamos definirla como el conjunto de valores que mueven todas las decisiones de la empresa y que definen su personalidad.

Para los consumidores es cada vez más importante escoger marcas que compartan sus valores y su manera de ver y entender la vida, incluso en aspectos que puedan ir más allá de los límites de su propio producto.

No se trata de proyectar una imagen falsa con valores ideales y perfectos. Se trata de ser lo que realmente eres (o por lo menos tu mejor versión).

A veces no se dedica demasiado tiempo a este punto, pero como veremos es fundamental para poder avanzar en el resto.

El tono de voz

Tu startup no puede hablar con tus clientes. En su lugar hablarán distintas personas y a través de múltiples canales: el director en sus entrevistas, el content manager a través de la página web, el responsable de marketing a través de sus campañas de publicidad, el community manager en las redes sociales, el departamento de ventas con los clientes… Cada persona tiene su forma de expresarse y esto puede repercutir en el modo en el que tus clientes te perciben, creando una especia de ‘personalidad múltiple’ que no te conviene.

Por eso es necesario definir un tono de voz que unifique todas las fuentes y mensajes y que refleje bien la personalidad de la empresa.

El color

Como ya hemos hablado en anteriores ocasiones en este blog, el color es un lenguaje por sí mismo y como tal posee un importante poder comunicativo que no se puede subestimar nunca. Por eso elegir un color que represente bien la filosofía, valores, personalidad e historia de tu startup es esencial para el branding.

El primer paso es definir el color corporativo, que es el que representará a tu startup. Cada persona tiene sus propias experiencias con los colores, así que la elección final puede ser algo subjetiva. Pero hay que tener en cuenta que a lo largo de la historia los colores se han ido asociando con distintas realidades, lo que hace que culturalmente nos evoquen ciertas sensaciones. Es lo que llamamos psicología del color. También importante fijarse en qué colores está usando ya la competencia para lograr una rápida diferenciación.

Conforme al color corporativo se escogen los colores secundarios, con los que se crea la paleta cromática. Esta paleta no solo tiene que ser armoniosa, sino que además la sensación que transmita tiene que ser acorde con la personalidad de la empresa: divertida, festiva, relajante, ecofriendly…

El logotipo

El logotipo es quizá el elemento que más y mejor representa a tu marca, así que hay que dedicarle especial cariño a la hora de diseñar el branding para tu startup.

Aunque en este artículo vamos a usar el término ‘logotipo’ —o sencillamente ‘logo’— para referirnos a la enseña de una marca, lo cierto es que el término solo es estrictamente aplicable a aquellas enseñas compuestas exclusivamente por letras (letras más o menos ornamentadas, pero letras al fin y al cabo). Este nombre a veces suele ir acompañado de una imagen, a la que llamamos ‘símbolo’ o ‘isotipo’.

Hay marcas que funcionan sin isotipo, hay otras que usan solo un isotipo (sin ningún texto), hay otras en las que isotipo y logotipo están fusionados en una sola cosa difícil de separar, hay otras que usan ambos elementos siempre juntos —aunque con varias combinaciones— y hay otras que usan indistintamente logotipo e isotipo, juntos o por separado… Para una startup nuestra recomendación es la de simplificar al máximo el uso del logotipo, ya que la marca quizá todavía no esté lo suficientemente madura como para soportar diferentes representaciones sin perder consistencia.

Por otro lado, tal y como sucede con el nombre, un buen logotipo no tiene que ser necesariamente descriptivo, así que no es necesario que represente tu actividad, ni tan siquiera que ilustre fielmente tu nombre. Lo importante de verdad es que sea fácilmente retenible. Para ello es necesario:

Que sea sencillo, fácil de reproducir.
Que sea entendible, es decir, que rápidamente se vea lo que representa y no dé lugar a confusiones o malentendidos.
Que sea único, original, que no se parezca o recuerde al logotipo de otra marca.

Finalmente, es importante diseñar varias versiones del logotipo, tanto la ‘oficial’ —la que se mostrará por defecto— como las alternativas, que son las que habrá que aplicar cuando se den determinadas circunstancias, como la versión en blanco y negro para cuando no se pueda utilizar colores, la versión en negativo para cuando se use sobre fondos oscuros, la versión simplificada para cuando se reproduzca en dimensiones muy reducidas…

La tipografía

El tipo de letra es otro elemento clave en el diseño del branding para tu startup ya que muchas de las comunicaciones con tus clientes serán a través de textos.

Las tipografías —como las personas— tienen unos rasgos que les aportan personalidad propia, por lo que necesitas que su carácter se adecúe con el que quieres para tu startup. Hay tipografías de todo tipo: serias, elegantes, desenfadas, cálidas, fuertes, naífs… Una vez tengas elegida tu fuente, piensa en cómo te hace sentir: si esos sentimientos coinciden perfectamente con aquellos que definiste para la personalidad de tu marca y su tono de voz, enhorabuena porque entonces tendrás la tipografía perfecta.

Hay que tener en cuenta también que necesitarás varias tipografías, una propiamente ‘de marca’ (circunscrita al logotipo y poco más, donde lo primordial es su estilo y su carácter) y otras corporativas (para los textos comunes, donde además del carácter también debes tener muy en cuenta su legibilidad). Generalmente de estas últimas necesitarás dos tipos: una para los textos de baja densidad (títulos) y otra para los de alta densidad (párrafos). Puedes incluso establecer distintas fuentes en función del tipo de soporte (impreso o digital), aunque en el caso de las startups lo recomendable por nuestra parte es simplificar al máximo el uso tipográfico.

Los símbolos

Vale que el logotipo es el símbolo más poderoso de una marca, pero toda empresa tiene otros símbolos. Cualquier elemento puede convertirse en uno de tus símbolos si se usa con consistencia: tramas, patrones, imágenes… Cualquier elemento gráfico juega un papel fundamental a la hora de que los usuarios puedan identificar rápida e inequívocamente tu marca en cualquier soporte.

Definir estos símbolos te será de gran ayuda a la hora de diseñar productos tan diversos como las publicaciones en redes sociales, los catálogos o el packaging…

El manual de estilo

Una vez que tienes todos los elementos que necesitas para construir tu imagen de marca, toca recopilar todo ese trabajo en un solo documento —llamémoslo guía de marca o manual de estilo— que sirva como referencia para todos los que trabajen para la startup (tanto equipos internos como proveedores) entiendan la marca.

Este trabajo permitirá que tu startup pueda crecer con consistencia. Todo, absolutamente todo lo que esté relacionado con tu startup debe encajar con los principios de tu guía de estilo: desde la aplicación y el sitio web a los anuncios publicitarios en distintos soportes pasando por embalajes, presentaciones para inversores, tarjetas de visita, folletos, productos de merchandising, publicaciones en redes sociales, emails, cartas, stands para ferias, uniformes, vehículos, decoración de puntos de venta…

Este documento puede publicarse de muchas formas, aunque lo ideal es que sea fácilmente comprensible y sobre todo muy accesible. Por eso, en OKB Interactive Studio por ejemplo nos gusta publicarlo a modo de microsite (en lugar de en PDF o PowerPoint). Esto permite actualizarlo fácilmente, ya que una marca es un ser vivo que nunca deja de crecer y evolucionar.

El diseño de producto

Finalmente llegamos al diseño del producto. De acuerdo: el diseño del producto no es técnicamente parte del branding, pero desde nuestro punto de vista ambos conceptos están muy relacionados. Tan relacionados que se merecen estar juntos en este artículo. Porque tal y como decíamos antes, las sensaciones que sienten tus usuarios cuando interactúan con tu producto son poderosísimas y contribuyen a construir tu imagen.

Si eres una marca simpática, tu producto debe ser simpático. Si eres una marca que se dirige a un público elitista, tu producto tiene que ser elitista… En el caso del mercado digital, en el que muchas startups se enfocan, webs y aplicaciones deben estar acordes también con la imagen de marca. En este sentido resultan muy útiles para tu startup los design system.

Los design system (o sistemas de diseño) sirven para construir productos digitales (apps y webapps) de forma totalmente escalable, permitiendo crecer con nuevas funcionalidades de forma rápida y consistente, algo que toda startup necesita para poder sobrevivir.

El branding es un elemento fundamental para una startup. Tener una marca bien definida te permitirá ser reconocible, destacar entre la competencia, conectar emocionalmente con más clientes potenciales y crecer de forma consistente. Por eso es importante invertir en branding, incluso para aquellas startups que se encuentren en sus fases iniciales. En OKB Interactive Studio podemos ayudarte con el posicionamiento de tu marca, nuestros diseñadores gráficos pueden crear tu identidad visual y nuestro equipo de desarrollo puede hacer real tu sitio web o aplicación.

Insights